Author: A. G. Güitrón

Recostado en su cama, con el ceño fruncido y conteniendo la rabia, el viejo veía a la muchacha sacudir por aquí, limpiar por allá; se movía de un lado a otro arreglando esto, acomodando aquello y se cruzaba una y mil veces por en frente del televisor. Estaba...

—Anda, sólo dilo. —Hola, soy Caterina… —Espera —la detuvo Reinaldo acomodando la cámara en el tripié—. Ahora sí, continúa, por favor. –Hola, soy… —¡Ah, ah, ah! Disculpa —la volvió a interrumpir levantando el dedo índice —. Mejor cambio un poco el ángulo para que todos tengamos mejor vista, ¿no?...

—Señor Pérez, ¿podría por favor mencionar a tres candidatos para la presidencia de la república? —Claro que sí, señorita. Uno, Manolo Lópes, por supuesto. Dos, el mesías de Tabasco resucitado. Tres, emmm, algún corrupto del RIP. —Disculpe, pero dos de los tres candidatos que ha mencionado son...